martes, 31 de agosto de 2010

Ayer cuando leí el periódico y llegué a las necrológicas, mi corazón se hizo pedazos. Había una esquela de una niña de 9 años, no sé de que habrá fallecido, pero da igual. Un hijo es lo más grande que tienen unos padres y es una pérdida de la que no te repones jamás. Cuanto más tiempo pasa, más difícil se te hace el camino, no duermes, el corazón parece que te va a estallar y tienes que estar alegre para la gente de la calle, porque ella no tiene la culpa de tus problemas. Tienes que ser valiente por ese ser que te queda a tu lado, que te necesita y no sabes como encaminar la vida para que supere la falta de esa hermana. No sé si algún día llegaran a saber de este escrito pero de verdad les deseo que tengan fuerza y que espero que encuentren una luz que ilumine su camino a seguir, porque es difícil pero yo, con la ayuda de mi princesa desde el cielo, espero algún día encontrarla y darle ese calor que necesita Agus y que no logro dárselo.

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