martes, 29 de junio de 2010

Hoy ya tengo en mi poder un borrador de lo que van a ser los estatutos de la asociación, me falta encontrar un local donde hacer la reunión para poder devatirlos. Espero que sea en breve. Mi médico de cabecera también se merece una mención en este blog, por lo bien que se porta conmigo. Me conoce desde que yo era pequeña y le agradezco lo que hace por mí y por su paciencia a la hora de escucharme. En estos momentos, estoy llena de rabia y de dolor. Rabia por no tener las agallas suficientes para presentarme en urgencias, delante del medicucho y decirle todo lo que mi cabeza piensa, aparte de que es un cobarde. Dolor, evidentemente por la perdida de mi hija que inocentemente perdió la vida sin que yo, su madre pudiese hacer algo por ayudarla. ¿Qué hicieron por salvarla? A mi juicio, nada.¿Les perdonaré algún día? Rotundamente no, porque si yo hubiese visto que luchaban hasta el final y que aún así no se conseguía nada, entonces comprendería que a pesar de todos los esfuerzos no había nada que hacer. Pero estos ojos sólo vieron a un "médico" que permanecía impasible y a una chica y una enfermera llenas de nervios y muertas de miedo. Hayá sus conciencias, aunque yo creo que realmente no la tienen.

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